miércoles, 6 de abril de 2011

AMOR

Amor...es una palabra que oimos todo el tiempo.
Pero...es acaso el amor es un sentimiento nada mas?
La Biblia nos dice que "Dios es amor" El es la fuente del amor.
El amor de Dios no se parece a ninguna otra clase de amor. Es un amor mas fuerte que el odio y que cualquier sentimiento negativo.

sábado, 26 de marzo de 2011

JESUS, EL HOMBRE LIBRE FRENTE AL TENER


¿En qué ponen los hombres la salvación y la seguridad, la felicidad?
Ayer y hoy, en el dinero, en la acumulación de riquezas (Lc. 12,16-20).
La seguridad económica es la única y verdadera "providencia" para muchos.
Hasta el pobre tiene cabeza de rico.
Y para conseguir, aumentar y asegurar la riqueza los hombres se exponen hasta morir y matar.
Esa falta de libertad ante la riqueza , con la codicia de ellas consiguiente hace que este sea un mundo de "ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más pobres".
Jesús nos alerta:
"Cuidado: guárdense de toda codicia, que, aunque uno tenga de sobra, la vida no depende de los bienes" (Lc. 12,15).
Jesús venció en sí mismo todo afán y preocupación por el poseer, porque "no de solo pan vive el hombre, sino también de todo lo que Dios diga por su boca" (Mt. 7,4).
Consciente eligió nacer, vivir y morir pobre. No tuvo siquiera "donde reclinar la cabeza" (Lc. 9,58).
Como condición para ser hombre nuevo, para seguirle exigió el compartir (Lc. 18,18-25).
La persona se realiza, según Jesús, no cuando gana el mundo (es decir: lo que el mundo estima, dinero, poder, éxito...), sino cuando gana su alma:
"¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se malogra a si mismo?" (Lc. 9,25).
Y el alma se gana cuando, libre de la codicia de dinero, en un amor que comparte, en un amor de justicia, solidario con el necesitado se pone a su servicio.
La codicia oprime y es opresora. La libertad libera y es liberadora.

EN CAMPAÑA


Cuando tenía unos 30 años salió de su pueblo. Lo primero que hizo Jesús fue juntarse con el pueblo pecador (Lc. 3,21) para recibir el bautismo de penitencia que impartía Juan el Bautista. Aunque Jesús no tenía pecado (Jn. 8,45; Hebr 4,15) era solidario con su pueblo, uno más entre ellos. Los evangelios nos dicen que ese Jesús, que siempre fue Hijo de Dios, por ese hacerse hermano solidario de los hombres, fue proclamado públicamente: "Tu ere mi Hijo a quien yo quiero, mi predilecto" (Mc. 1,11) ¿Podemos ser "hijos de Dios" si no somos hermanos solidarios de los hombres?
Juan el Bautista había reprendido al Rey Herodes por el escándalo que daba viviendo como un adúltero con una que no era su mujer, que además era su cuñada, casada, "y por sus demás crímenes" (Lc. 3,19-20). Herodes lo puso preso (más tarde le cortó la cabeza, débil ante la ambición, odio y espíritu vengativo de su concubina: Mc. 6,17-29).
"Cuando entregaron a Juan, Jesús se fue a Galilea a proclamar de parte de Dios la buena noticia", que Dios viene a reinar entre nosotros: "Se ha cumplido el plazo, ya llega el reinado de Dios" (Mc. 1,14-15).
Y presenta su programa:
"El Espíritu del Señor está sobre mi, porque él me ha ungido para que dé la buena noticia a los pobres. Me ha enviado para anunciar la libertad a los cautivos y la vista a los ciegos para poner en libertad a los oprimidos, para proclamar al año de gracia del Señor" (Lc. 4,18-19).
E inmediatamente se pone Jesús a mostrar en qué consiste concretamente ese reinado de Dios, por dónde comienza:
- y busca un grupo de seguidores, que sean amigos suyos y amigos entre sí, amigos en el Señor (Mc. 1,16-20; 2,14; 13-19);
- combate el poder de los espíritus del mal, los expulsa, libera de ellos al hombre (Mc. 1,23-28); la ignorancia era mayor en aquellos tiempos, y eran muchas las personas a las que los "espíritus" atormentaban el cuerpo y el alma;
- cura, restaura la vida del pueblo para el servicio (Mc. 1,29-34: en cuanto a la suegra de Pedro "se le pasó la fiebre y se puso a servirles");
- libera de su enfermedad, vergüenza y soledad al leproso marginado por la familia y la religión, y lo reintegra a la sociedad (c. 1,36-39);
- perdona y cura al pecador atormentado y paralítico (Mc. 2,1-12);
- denuncia que no hay cosa más impura que el puritanismo de los "justos", "separados", que desprecian a los que no son "puros" como ellos (Mc. 2,13-17);
- respetará viejas costumbres de personas y grupos, pero sin admitir componendas, remiendos, mezclas, encorsetamientos para la novedad revolucionaria de su "evangelio" (Mc. 2,18-22);
- defiende, arriesgando conscientemente la vida, que el hombre y sus necesidades primordiales están antes que cualquier ley, aun la religiosa (Mc. 2,23-27);
- que la ayuda al necesitado (y es nada menos que "hacer bien", "salvar una vida") está por encima de todas las normas, aun las religiosas (Mc. 3,1-5).

La alternativa que propone Jesús

El mensaje de Jesús plantea una alternativa al poder que en este mundo ejerce la riqueza y el dinero. Allí donde éstos se erigen en valores supremos, todo queda supeditado a ellos: el rasero por el que se miden los seres humanos es su capacidad adquisitiva, no su propia dignidad; lo que cuenta es el lucro y la ganancia, no el bien del hombre; el summum de la felicidad está en poseer sin freno ni medida, alcanzar el máximo poder y subir socialmente lo más alto posible; y las relaciones hu­manas se tornan opresivas y competitivas. Donde reina el dinero y la riqueza, reina la inhumanidad y la injusticia.
En cambio, donde se asume y se vive el mensaje de Jesús, se produce el efecto contrario: el valor supremo es el hombre, a cuyo bien se supedita todo; lo que cuenta es la dignidad humana, no el dinero o los bienes materiales que se poseen; lo que hace feliz es el amor, que se traduce en generosidad, solidaridad y entrega; y las relaciones humanas se vuelven cordiales, respetuosas, justas y fraternas. Donde reina el mensaje de Jesús, reina Dios, y con él la libertad, la justicia y la paz.
Frente a la sociedad injusta, asentada en el dinero y la riqueza, Jesús propone un modo de vida distinto y alternativo, cimentado sobre los valores que Dios encarna y promueve, y que los evangelios llaman reino o reinado de Dios. Teológicamente hablando ese modo de vida es el propio de los que sintonizan con el Dios de Jesús y están movidos por su Espíritu, la fuerza del amor y de la vida. En lenguaje secular, es el modo de vida de los hombres que apuestan por la austeridad solidaria, la generosidad y la justicia, procuran ser coherentes con esos principios y se afanan porque los individuos y la sociedad se vayan transformando de acuerdo con ellos. Esos hombres, creyentes o no, son los únicos capaces de ir abriendo caminos nuevos en la historia de la humanidad y de ir creando una nueva sociedad.

lunes, 14 de febrero de 2011

RELOJ DE DIOS



Reloj tu marcas las horas
Que Dios me dejo vivir
Y yo pregunto ¿ qué hice?
Por ese amor que Él me dio
Reloj vuelves a marcar
Y hacerme recordar
Que hay almas que se pierden
Y les tengo que ayudar.

viernes, 4 de febrero de 2011

LLAMADO



Que duro es cuando uno tiene un llamado, por consiguiente viene el amor de Dios a ser lo único que nos da vida.
Pero que incomprensión, vemos que molesta a muchos; mas aun a aquellos que están muy cerca, pero lo importante aquí es el vinculo con aquel que llama; el trato que muchas veces nos dan, insultos, cuestionamientos, errores, pecados, criticas ¿y por que las enumero? Porque el que ha sido llamado por Dios es un hombre común con una virtud que solo Dios pone en el corazón.
Un hombre de Dios, profeta hace ridículos y muchas veces no pueden comprender el comportamiento de aquel hombre.
Profetas que fueron muertos, testigos que nunca callaron y que siempre esa pasión por anunciar La Palabra, traía desprecio de las personas que escuchaban.
Que interesante las marcas de un profeta, casi parecidas al Profeta de Profetas Jesucristo el Hijo de Dios y me llena de alegría al ver su corazón sensible a la voz del Padre, y lo que Dios puede hacer en todas las circunstancias por más duras que estas sean viendo a toda persona en  determinados lugares.
Cada vez que veo a Jesús me doy cuenta que muchos de su tierra no creían en El, aleluyaaaaaaaa por esa verdad, porque en lo personal me siento identificado con aquel que me llama y me comisiona.
Lo bueno y alentador es que en el corazón del profeta debe haber un vinculo con aquel que lo llama, debe crecer ese vinculo cada día y en cada momento o sea, que a pesar de las circunstancias que no resultan por situaciones que Dios permite, es para que el corazón del profeta lo busque, lo desee, lo ame mas porque? Todo profeta sabe quien lo llama.
Mi corazón debe siempre tener en cuenta que el desprecio de los que están muy cerca de mi tiene que pasar, para que nuestras perspectivas cambien a lo que Dios quiere en nosotros.
Lo bueno es que tenemos un destino marcado y debemos caminar en ello, o sea en la Palabra de Dios.
Su Palabra es lo que determina, lo que triunfa cuando todo lo veamos difícil.
Su visión abarca mucho más de lo que el profeta puede imaginar, su revelación va de gloria en gloria y de poder en poder. Con el paso del tiempo entendemos el horizonte, la visión crece, se extiende el  marco de acción y es cuando Jesús dice: “En todas partes te honraran porque vienes de parte del Eterno”
Alzo mi voz a todo aquel  que quiere ver el establecimiento del Reino de Dios en los corazones de las persona. Tienes que ver más allá, es ahí donde el vínculo toma el protagonismo y por ende esa influencia de Jesús se hará más fuerte en ti y serás de bendición a millones.
Profetas de Dios recuerden el vinculo, la visión, el llamado, no somos nosotros.